Thursday, December 16, 2010
Emiliano González Tizón
ADÁN: Fíjense ustedes. El poeta, como he dicho, está gozando de una inspiración en la cual saborea toda la plenitud de la música. De pronto, un movimiento íntimo —necesidad o deber— lo induce irresistiblemente a manifestar o expresar, en cierto modo, aquel inefable caos de música. Y entonces, entre las posibilidades infinitas, que lo integran, elige una y le da forma, con lo cual excluye a las otras posibilidades, baja de la inspiración a la creación, de lo infinito a lo finito, de la inmovilidad al suceder. Así nacerá un poema, otro luego, veinte, ciento. Y así caerá el poeta en la multiplicidad de sus cantos, afanándose por manifestar, con lo múltiple, aquella unidad, y con lo finito aquella infinitud que lleva en sí durante su
inspiración. ¡Es la primera caída!
PEREDA:¿Cómo? ¿Hay otras?
ADÁN: Son dos caídas. El poeta, como has visto, cae primeramente al elegir una entre la infinitud de formas posibles que puede asumir su canto. Pero aun se trata de una creación ad intro, de una creación interna con toda la amplitud que le confiere todavía su espiritualidad y su inmaterialidad. Luego viene la creación ad extra, y esa forma que ha elegido el artista en la intimidad de su alma sale al exterior para encarnarse en una materia, el idioma, que a su vez le impondrá nuevos límites. A este otro tiempo de la creación poética
le llamo yo «segunda caída»
(L. Marechal, Adán Buenosayres, “La inspiración y la Creación” (Fragmento))
Y aquí cae González Tizón, las dos veces. Elige expresar su idea de esta forma maciza, demostrando una gran sensibilidad desde la comprensión del sitio hasta la concreción del proyecto. De la infinidad de posibilidades, le da materia a esta propuesta.
Una propuesta que se presenta como transición entre la escala monumental y sólida del edificio de la Facultad de Ingeniería, la amplitud del parque y la escala humana sobre la calle. Incluso hasta como un complemento del entorno próximo, llenando el hueco vacante –de sustancia y de significado.
Lentamente nace de la horizontal del parque, y desde allí entra y se convierte en volumen, masa modelada, potente consistencia que se expresa, pero sin utilizar un idioma ajeno, con la horizontal como herramienta de costura entre los edificios vecinos y la nueva intervención.
Es un proyecto que, adosado a la espalda de otro, ha creado una nueva cara, integrando las diferentes características de la condición urbana. Un remate que el lugar merecía.
Buen trabajo Emiliano.
Arq. Guadalupe Ciocoletto
Wednesday, December 15, 2010
Lucas Mayorano
Unos escritos de literatura infantil de Walter Benjamin dicen alg
o así como que “el adulto libera su corazón del temor y disfruta nuevamente de su dicha cuando habla de los juegos… y que la esencia del jugar no es un hacer de cuenta que, sino un hacer una y otra vez”. Pensaba en eso al recordar la maqueta de Lucas (como tantas otras en el taller), desechas de tantas intervenciones y pruebas… en ese intentar reflexionar jugando, haciendo.
El proyecto se ha ido tejiendo como un entramado de relaciones entre lo programático y las referencias urbanas del entorno inmediato, tratando de completar la manzana y enlazándose en una volumetría que desde el parque desprende sus “brazos” hacia lo alto para vincularse con la facultad de ingeniería.
Lo más interesante de ese entramado, es la voluntad de reconocer y de relacionarse con el entorno de manera de ir “haciendo” ciudad. (Aunque finalmente le haya faltado un poco de síntesis y un ajuste de ciertos volúmenes que fueron perdiendo las sutiles proporciones, que en principio se veían más acertadas).
El espacio de la calle ingresa, se transforma, se amplia y complejiza buscando la continuidad con la especialidad interior. Esa “plataforma” inferior, es la raíz del proyecto, donde se entrelazan, jardines, hall , senderos, terrazas, exposiciones, bar,etc abriéndose al juego y permitiéndose indagar sobre la modelacion del espacio.
Ascendiendo, la variación de las plantas potencia la elaboración del sentido volumétrico, los recorridos y la espacialidad interior.
Arq. Vanesa Hue
ODA AL LADRILLO – FORMA Y MATERIA - Giulliana Battellini
La exploración / indagación constante de la forma a través de la materia, en este caso, el Ladrillo, como elemento simbólico que giulliana utiliza para construir un diálogo, una interacción con la facultad de ingeniería, ahí esta la clave, el Secreto que los mantiene unidos y cuando digo secreto me refiero a la definición que utiliza Baudrillard: “ de lo que no es dicho y sin embargo circula “, he ahí el velo, ese muro de ladrillos que recorre, que construye la forma, abraza al edificio que gira alrededor del vacío central, ese vacío que va mutando al reconocer los distintos espacios, el resto es todo fluir, es la interacción entre las distintas escalas que articula el programa.
Gabriela Ponce
El proyecto de Gabriela nace de la intención de generar un patio interior, un vacío que se propone como transición, como nexo entre la facultad de ingeniería – su proyecto y la ciudad, un espacio de carácter urbano, participativo, un lugar. Para contener ese Patio articula el edificio recomponiendo la Línea Municipal, reconociendo así, las distintas escalas que circundan el Sitio, por un lado, el frente consolidado sobre Azcuénaga, por otro lado, la escala atípica que se propone sobre la calle Pacheco de Melo con el Monasterio y por último el vacío que da a la calle Cantilo, así, ella rodea con esa horizontal, con la línea, ese Patio y a través de la Planta Baja libre genera una relación continua jugando con la rigidez del binomio Interior – Exterior.
Yanina Benitez
El proyecto desde su origen, nace como “bloques” netamente distinguidos, de acuerdo a esas 3 grandes áreas programáticas. El volumen mas alto es el que reúne la mayoría de los usos públicos y educativos, que se posan sobre el mas bajo donde están ubicadas las habitaciones con su acceso independiente …. el desafío proyectual, se plantea en la articulación y vinculación de esos espacios.
Siempre Intentando mantener esa lectura de piezas encastradas, acomoda los usos ordenadamente y se posa perpendicularmente a las alas de la facultad de ingeniería. Ejerciendo una especie de contrapunto o cierre, que fuga hacia el vacío de la plaza.
La manera de trabajar los volúmenes da una idea de edificio exento, sin embargo la fachada con sus delineamientos generales trata de reconocer ciertos ritmos del entorno. No pretende competir con la facultad, intenta mas bien, dialogar reconociendo y reelaborando esos ritmos, pero también se diferencia… porque es expresión de otro tiempo y logra a su vez definir una buscada imagen institucional. Que le otorga al edificio una presencia significativa.
Algo que es interesante destacar es el vacío contenido entre esos grandes bloques, generando un pasaje pasante, cedido al espacio publico. Que permite, desde el interior del conjunto , enmarcar distintas perspectivas ….a un lado un recorte de ciudad, y al otro el espacio verde... hacia arriba un fragmento del cielo…
Arq. Vanesa Hue