Espacios PÚBLICOS y PRIVADOS
COMUNES e INTEGRADORES
Después de habernos adentrado en el mundo pictórico de Emilio Pettoruti, de haber construido a partir de algunos de sus cuadros espacialidades sugerentemente arquitectónicas, después de haber visitado algunas obras que nos permitieron aproximarnos a su expresiva materialidad desde la totalidad al detalle, después de haber recorrido y caminado diferentes barrios de la ciudad de La Plata y de visualizar por cuenta propia el ámbito urbano directamente vinculado con el terreno de nuestro ejercicio, hemos llegado al momento de comenzar a enlazar todas estas aproximaciones con las obstrucciones concretas que ofrece el sitio y el programa. Y si de enlazar se trata justamente debiéramos entender que, para pensar y proponer arquitectura, nada nos resultará mas facilitador que tomar el conjunto de todas la tareas ya realizadas y enunciadas. Caeríamos en un error, casi con seguridad sin retorno, si pretendiéramos resolver el ejercicio dejando de lado los pasos ya dados e intentarlo a partir de la disección abstracta, numérica y forzada del llamado programa de necesidades. El sitio, el programa, la materialidad propuesta servirán de guías que nos ayuden a que todo aquello que ya empezamos a imaginar se convierta en real.
Es por esto que la reconstrucción del sitio y de su entorno urbano a través de maquetas 1:500 nos acerca a desmenuzar con nuestras propias manos los elementos que lo conforman para poder conocerlos en sus dimensiones, en sus proporciones y en las diversas relaciones entre ellos. Las masas-manzanas, sus ritmos, sus continuidades, sus discontinuidades, las diferentes escalas de espacios urbanos (las calles, los bulevares, las plazas, los atrios, etc.). Los trazados, la cuadrícula con diagonales, su contundente definición con los muros difícilmente perforables que se yerguen sobre las líneas "municipales" para definir tanto masas edificadas como espacios públicos. Nuestras propuestas para una Escuela de Artes del Museo Pettorutti indefectiblemente incluirán una propuesta urbana, que a su vez, también indefectiblemente en un todo indisoluble, será parte de la propuesta arquitectónica integral.
Y así como el desarrollo de ejercicios de aproximación a la escala urbana nos debieran llevar a la indispensable visión de totalidad de la propuesta, entendiéndola (con cierto riesgo de resultar una visión esquemática) como la visión de afuera hacia adentro; la continuidad del ejercicio de la construcción de espacialidades arquitectónicas surgidas a partir de las obras del pintor debieran garantizarnos ensanchar nuestros caminos de indagación para poder proponer los necesarios espacios de integración que reclama el programa, pero aquí desde adentro hacia afuera. Esta doble pulsión entre el afuera/adentro y el adentro/afuera convergerán finalmente en una sola propuesta integradora que resolverá el uso de los concurrentes a la escuela como así también el vínculo de esta con el espacio público y los ciudadanos.
Para poder resolver estos vínculos resultará de vital importancia las estrategias para disponer en cada propuesta las salas de exposición del museo y el auditorio público, y los espacios que el programa plantea como de vinculación e integración: la explanada descubierta y las salas de actuación y ensayos de las distintas áreas de la escuela que deberán estar fuertemente asociadas a los espacios de circulación e integración.
Para finalizar formulamos dos advertencias pedagógicas y una recomendación referentes a esta etapa de desarrollo del ejercicio:
Advertencia 1) Si bien el inicio del trabajo con la maqueta 1:100 sí o sí debiera ser la continuidad del ejercicio anterior realizado a partir de un cuadro, no se debiera pretender que tal como se finalizó se transforme automáticamente en una propuesta arquitectónica. Muy probablemente se tendrá que seguir operando con ella respetando toda la riqueza espacial ya propuesta pero a su vez potenciándola a partir de los requerimientos mas concretos que solicitan el sitio y el programa.
Advertencia 2) Entender que la continuidad del ejercicio no es la mera colocación de la maqueta dentro del "corralito" que impone el lote, sino la integración de la misma en la masa urbana de la que formará parte.
Recomendación: Abordar desde ya modos de pensar y representar que integren la visión urbana/totalidad/afuerahaciaadentro con la visión de espacialidad interior sostenida en la riqueza de sus relaciones y en una estrategia general de distribución de usos que ordene pero a la vez refuerce y potencie los lugares imaginados.