Tuesday, November 20, 2007

Niemeyer 3 . Homenaje Pre-mortem

Construir una ciudad ha sido fantástico.
Le dio al pueblo brasileño la idea clara de que podía lograr lo que se propusiera.
Pude hacer una arquitectura que sorprendía.
Pero luego el sueño se acabó, precisamente en el día de la inauguración. No subí al palco de las autoridades: me quedé abajo, con los peones que habían trabajado para construir una ciudad donde no podrían vivir.
El mundo soñado era imposible. Dejábamos de ser iguales”

Se queda parado frente a la mesa de arquitecto. Diseña con plumones gruesos, de tinta negra. Los trazos nacen sueltos, veloces, siempre enamorados de las curvas, del desafío de inventar algo nuevo y bello.
Dice que cuando encuentra la solución en el dibujo, de inmediato escribe la explicación. Si esa explicación no le parece clara y convincente, es porque el trazo está equivocado. Entonces, empieza otra vez.
Los invito a que hagan este ejercicio que refuerza la idea del concepto y que les permitirá ser tan claros como precisos en su Jury

“Soy radical”. Dice y reitera, con ligeras variantes, a lo largo de las últimas muchas décadas. Y para no dejar ninguna duda, escribió a mano, en la pared que está justo a la entrada de su estudio de Copacabana:
“Cuando la vida se degrada y la esperanza huye del corazón de los hombres, la revolución es el camino a seguir”

Manifestar su indignación es, para Niemeyer, algo tan esencial como el aire de cada mañana. En los años de la dictadura militar, en uno de los interrogatorios por los que pasó, sus inquisidores quisieron saber cómo pretendía cambiar la arquitectura.

“No quiero cambiar la arquitectura, lo que quiero es cambiar es esta sociedad de mierda”, contestó con serenidad.

“La vida es un soplido. Todo acaba. Me dicen que después de que yo muera, otras personas verán mi obra. Pero esas personas también morirán. Y vendrán otras, que también se irán. La inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad.

Lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente. Abrazar a los amigos, vivir feliz. Tratar de cambiar el mundo. Y........ nada más”.

Este homenaje Pre-mortem a Niemeyer que está cumpliendo un siglo de vida nos enraiza en ciertos valores que tiene que ver con el vínculo insoslayable entre arquitectura y sociedad.
Un vínculo que el maestro ve con maravillosa amplitud: no hay cambio de sociedad sin Utopía . Las formas liberadas de las normas restrictivas habituales son una provocación al cambio, a la maduración , a la comprensión que en la nueva sociedad el Placer no debe ser culposo ...es un derecho del pueblo ...asi la arquitectura bella deja de ser sinónimo de banal y ocurrente y se troca en bastión del cambio por -venir.
Marcelo

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