Julián imaginó una selva en la que es fácil perderse, laberinto amaderado y húmedo,
en la que los sentidos sirven como únicos aliados frente a la frondosa inmensidad;
de la misma materialidad turgente de su estrato fundante emerge la arquitectura, franca y noble…geometrizada.
Generando espacios para perderse y encontrarse, al resguardo entre las copas livianas que
alivian, tamizan, recortan, componiendo con la sumatoria una superposición caótica que florece buscando la luz…
Estos lugares para encontrarse se vivencian en los espacios intermedios,
en las galerías al final de cada camino donde las medias sombras invitan a la contemplación.
La tierra como espesor latente, la selva irrumpe y es abrazada
Jimena Arribas
en la que los sentidos sirven como únicos aliados frente a la frondosa inmensidad;
de la misma materialidad turgente de su estrato fundante emerge la arquitectura, franca y noble…geometrizada.
Generando espacios para perderse y encontrarse, al resguardo entre las copas livianas que
alivian, tamizan, recortan, componiendo con la sumatoria una superposición caótica que florece buscando la luz…
Estos lugares para encontrarse se vivencian en los espacios intermedios,
en las galerías al final de cada camino donde las medias sombras invitan a la contemplación.
La tierra como espesor latente, la selva irrumpe y es abrazada
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