...Y descubrí que tú río fluyes indiferente.
A veces, tímidamente esbozas, una sonrisa
que se extiende, pegada a la ribera.
Yo me he sentado allí, sobre la arena
de este día soleado para pensar por qué los ríos
siempre anhelan ser como el mar.
Y tú fluías, fluías, sin cesar, indiferente
y no percatabas mi presencia
que te miraba preguntándote
¿Quién eres?
(Fragmento del relato de Martín)

Martín nos muestra su esquicio de relación borde-río, con un lenguaje orgánico donde genera una especie de maraña liviana, camalote que navega y se encalla en la ribera.
Inicio de una propuesta muy intuitiva.
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