La naturaleza pierde su integridad en el momento en que entra en contacto con la arquitectura. Su apariencia cambia, quedando reducida a elementos como la luz, el viento, el agua o el cielo. La luz, el viento, el agua o el cielo se convierten en símbolos de la naturaleza. La naturaleza, que hasta ese momento había permanecido definida, se convierte, gracias a su reverberación con la geometría incorporada en la arquitectura, en una abstracción.
La arquitectura diferencia a la naturaleza, y también integra a la naturaleza. A través de la arquitectura, la naturaleza queda reducida a sus elementos, para después formar una unidad.
Así, la naturaleza se hace arquitectura y la confrontación del hombre con ella se suaviza.
Naturaleza hecha abstracción / Diferenciación e integración. Tadao Ando.
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