"Daniel Defoe le advierte a Susan Barton sobre el tema del yo y su relación con el lenguaje:
En una vida dedicada a escribir libros, a menudo, créeme, me he sentido perdido en un laberinto de dudas. Lo que he aprendido es plantar una señal o marcador en el terreno donde estoy parado, para que en mis futuros vagabundeos tenga algo a lo cual volver y no perderme más de lo que ya estoy. Tras haberla puesto, avanzo; cuanto más a menudo vuelvo a la marca (que es una señal para mí mismo de mi ceguera e incapacidad), con mas certeza sé que estoy perdido; sin embargo también me siento más animado por haber encontrado el camino de vuelta.
(Cartas de Navegación-Ensayos y entrevistas-Jhon M. Coetzee)
Llegando ya a esta importante instancia en dónde nuestras indagaciones y reflexiones, nuestras pruebas y experimentaciones, en torno al ejercicio en Puerto Ruiz deben transformarse indefectiblemente en una propuesta arquitectónica concreta y comunicable, es decir, entendible no solo para nosotros que las elaboramos sino para todos aquellos que por necesidad o por interés puedan en algún momento abordarlas, leerlas e interpretarlas. Es cuándo debemos detenernos por algunos instantes, volver a mirar el camino andado desde su inicio, y volver a encontrarnos con aquellos lugares en dónde plantamos bandera.
En una vida dedicada a escribir libros, a menudo, créeme, me he sentido perdido en un laberinto de dudas. Lo que he aprendido es plantar una señal o marcador en el terreno donde estoy parado, para que en mis futuros vagabundeos tenga algo a lo cual volver y no perderme más de lo que ya estoy. Tras haberla puesto, avanzo; cuanto más a menudo vuelvo a la marca (que es una señal para mí mismo de mi ceguera e incapacidad), con mas certeza sé que estoy perdido; sin embargo también me siento más animado por haber encontrado el camino de vuelta.
(Cartas de Navegación-Ensayos y entrevistas-Jhon M. Coetzee)
Llegando ya a esta importante instancia en dónde nuestras indagaciones y reflexiones, nuestras pruebas y experimentaciones, en torno al ejercicio en Puerto Ruiz deben transformarse indefectiblemente en una propuesta arquitectónica concreta y comunicable, es decir, entendible no solo para nosotros que las elaboramos sino para todos aquellos que por necesidad o por interés puedan en algún momento abordarlas, leerlas e interpretarlas. Es cuándo debemos detenernos por algunos instantes, volver a mirar el camino andado desde su inicio, y volver a encontrarnos con aquellos lugares en dónde plantamos bandera.
Donde planté bandera, es decir donde dejé puntos fijos, referencias visibles a las que pueda distinguir fácilmente y volver, puesto que al ir a plantar la próxima quizás me haya perdido un tanto. Esta figura, tantas veces citada en el taller (cita a su vez de John M. Coetzee quien a su vez cita a otro autor que no recuerdo), no debe tomarse como claudicación, sino, muy por el contrario, como reconocimiento de los puntos que permitan lograr la mayor contundencia a la propuesta final, leyendo sagazmente en lo ya elaborado la estrategia o las estrategias resultantes y potenciarlas a su máxima expresión posible, rindiéndoles fidelidad en cada uno de los elementos gráfico que la muestren.
Acompañan aquí nuevas imágenes que muestran el alto grado de evolución que muestran algunas de las maquetas 1:200, en donde la estrategia urbana propuesta se evidencia con diáfana contundencia; algunas en concentrados edificios, otras mas expansivas, pero siempre atendiendo a proponer sugerentes relaciones entre ellos, con los galpones existentes y con el paisaje.
Estrategias para crear espacios y estratos definidamente públicos pero reconociendo escalas o ubicaciones relativas en relación al todo que pudieran estar solicitando usos tan diversos como la feria o los corrales para ganado que espera ser embarcado. Estrategias mas vinculadas al tejido, a sus casas, y a su población; o mas conectadas al agua o al vasto territorio. Tratamientos de borde mas inocuos o profundamente penetrantes y organizadores.
Volver donde planté bandera, no para quedarme al abrigo de lo seguro sino para garantizar que cada uno de los elementos que voy agregando para definir la propuesta no se resuelva en sí mismo, se piense y se resuelva en sincronía con la totalidad de las intenciones vertidas a lo largo de todo el desarrollo del ejercicio.
Incluso la manera de resolver los elementos gráficos mas duros o precisos, como las plantas, los cortes y las vistas, quedarán sujetos a esta lógica de las estrategias generales y a los puntos de referencia visibilizados por las banderas. Porqué seguramente cuando de vuelta la vista atrás para volver a descubrirlas reconoceré qué había imaginado en cuanto a mi arquitectura y el paisaje, cuánta cantidad de cielo y cuánta cantidad de agua se entreverarían con ella; cómo la recorrería, cómo me serviría de los montes y árboles, para quién estaría destinada; sería mas turística o apuntando a desarrollar la actividad local, o ambas. Qué dejaría que se inunde y que no. Qué escala descubrí que admite Puerto Ruiz, y qué materialidad acudió a mi mente para intentar concretarla.
Una vez reconocidos los lugares donde planté banderas verifiquemos que hemos definido de manera consecuente y por lo tanto que podemos ir por mas.
1 comment:
muy emotivo, vamos que podemos!!!
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