
Friday, April 30, 2010
Pildora para la agorafobia tectonica 1

Thursday, April 29, 2010
Le Corbusier en la selva americana
"Vive a través del mundo. Emociona inmensas multitudes. Así, pues, ¿hay un verdadero corazón en el fondo de las multitudes? La música encuentra el camino. El hombre es un magnífico animal. Pero hay que engrandecerlo, hay que arrancarlo de las abominables mentiras que hacen de su vida un infierno; sin que el pueda medir la razón y denunciar la causa.
Y he aquí lo que yo pensaba de la selva virgen de San Martino, a doce horas de expreso hacia el centro de Brasil: “Hay que saber estar siempre en estado de juzgar. Te encuentras en los trópicos de Brasil, en la Pampa argentina, en Asunción de los indios, etc. Saber vencer la fatiga ambiental y juzgar sobre patrón, en sí, una cosa que está armonizada en todos sus contactos ambientales y que, por consiguiente, no choca. Excepto la tierra muy roja y las palmeras, estamos en el eterno paisaje de siempre: estepa o pampa, no es más que extensión; selva virgen o bosque espeso francés, no son más que ramificaciones. ¡Interpretar! ¡Ver los negros, los mulatos, los indios en la muchedumbre de Sao Paulo! ¡Medir el estilo de Buenos Aires!
Expliquémonos: Todo está conforme a los libros, a los relatos de nuestra infancia; la selva virgen, la Pampa. Pero la tierra es verde, en verano, por doquier. La selva es virgen como las demás; sin embargo, hay lianas, no hay que omitir de verlas. Hay jaguares; nuestro compañero ha disparado contra uno hace ocho días; ¡Pero no vemos ninguno! Estamos al acecho, en el puesto construido con bambú y hojarasca, en el corazón de la selva; pasa un cuarto de hora… y nada. ¿Porqué los animales acudirían precisamente allí, donde nosotros estamos con el fusil? Por la noche se oyen gritar locamente las cotorras; son verdes como las hojas, ¡No se las ve! Hay inmensas serpientes, aquí hay unas fotos; el mes pasado, un hombre de la plantación murió por su causa, pero no se ven. El estanque está lleno de cocodrilos; pero están en el fondo del estanque. Aquí, en la pista, rastros de ciervo y de jabalí. En la carretera vemos un armadillo aplastado. La selva es silenciosa, espesa, impenetrable, quizá amenazadora.
Pero en las playas francesas, cuando nosotros, pescadores de afición, salimos con las redes, ¿vienen los peces a nosotros?
Hay de todo en la selva americana, pero no se ve nada.
Permanecer, acechar, escuchar, durante uno, dos días, y la selva hablará. ¡Pero no se tiene nunca tiempo!
¡Y así ocurre en la vida!
¡Saber estar; estar en estado de juzgar!"

Tuesday, April 27, 2010
Monday, April 26, 2010
Pia Margiotta - Linealidad Abrumadora -
Thursday, April 22, 2010
Presentacion Final "Esquicio Selva"
La selva presentada por algunos de los valientes que han osado a replantear su esbelta horizontalidad, su enmarañada atmósfera y su abrumante compacidad, donde los obeliscos arbóreos parecieran gobernar una realidad ingobernable. Una lógica tacita esperando a ser develada por el constante interactuar de las mas profundas miradas y del lúdico espíritu que a nosotros como Arquitectos nos debe orientar.
Han dejado que sea la mano quien se adentre en su colorida ferocidad, para así emerger de las mas sugestivas e intuitivas sensaciones tan particulares que cada uno de nosotros ha sabido demostrar.
Felicitaciones a los selváticos estudiantes.
Muy buenos trabajos.




Sunday, April 18, 2010
Wednesday, April 14, 2010
Friday, April 09, 2010
Entrega esquicio lunes 12/4
Contenido:
- Cortes mínimamente 4 cortes entre los que no pueden faltar:
* corte/vista tranversal al río, incluyendo contexto: selva, río, orilla vecina
- Plantas:
*dos plantas:
- implantación/totalidad.
- objeto arquitectónico
- Fotos, croquis, etc.
- Maqueta
- Memoria sensible
(wa!)
Monday, April 05, 2010
Selva en construcción
Sunday, March 28, 2010
Una selva / varias selvas II
“¡Oh selva, esposa del silencio, madre de la soledad y de la neblina! ¿Qué hado maligno me dejó prisionero en tu cárcel verde? Los pabellones de tus ramajes, como inmensa bóveda, siempre están sobre mi cabeza, entre mi aspiración y el cielo claro, que sólo entreveo cuando tus copas estremecidas mueven su oleaje, a la hora de tus crepúsculos angustiosos. ¿Dónde estará la estrella querida que de tarde pasea las lomas? ¿Aquellos celajes de oro y múrice con que se viste el ángel de los ponientes, por qué no tiemblan en tu dombo? ¡Cuántas veces suspiró mi alma adivinando al través de tus laberintos el reflejo del astro que empurpuraba las lejanías, hacia el lado de mi país, donde hay llanuras inolvidables y cumbres de corona blanca, desde cuyos picachos me vi a la altura de las cordilleras! ¿Sobre qué sitio erguirá la luna su apacible faro de plata? ¡Tú me robaste el ensueño del horizonte y sólo tienes para mis ojos la monotonía de tu cenit, por donde pasa el plácido albor, que jamás alumbra las hojarascas de tus senos húmedos!
Tú eres la catedral de la pesadumbre, donde dioses desconocidos hablan a media voz, en el idioma de los murmullos, prometiendo longevidad a los árboles imponentes, contemporáneos del paraíso, que eran ya decanos cuando las primeras tribus aparecieron y esperan impasibles el hundimiento de los siglos venturos. Tus vegetales forman sobre la tierra la poderosa familia que no se traiciona nunca. El abrazo que no pueden darse tus ramazones lo llevan las enredaderas y los bejucos, y eres solidaria hasta en el dolor de la hoja que cae. Tus multísonas voces forman un solo eco al llorar por los troncos que se desploman, y en cada brecha los nuevos gérmenes apresuran sus gestaciones. Tú tienes la adustez de la fuerza cósmica y encarnas un misterio de la creación. No obstante, mi espíritu sólo se aviene con lo inestable, desde que soporta el peso de tu perpetuidad, y, más que a la encina de fornido gajo, aprendió a amar a la orquídea lánguida, porque es efímera como el hombre y marchitable como su ilusión.
Déjame huir, oh selva, de tus enfermizas penumbras formadas con el hálito de los seres que agonizaron en el abandono de tu majestad. ¡Tú misma pareces un cementerio enorme donde te pudres y resucitas! ¡Quiero volver a las regiones donde el secreto no aterra a nadie, donde es imposible la esclavitud, donde la vida no tiene obstáculos y se encumbra el espíritu en la luz libre! ¡Quiero el calor de los arenales, el espejeo de las canículas, la vibración de las pampas abiertas! ¡Déjame tornar a la tierra de donde vine, para desandar esa ruta de lágrimas y sangre que recorrí en nefando día, cuando tras la huella de una mujer me arrastré por montes y desiertos, en busca de la Venganza diosa implacable que sólo sonríe sobre las tumbas!"
“Las visiones del soñador fueron estrafalarias: procesiones de caimanes y de tortugas, pantanos llenos de gente, flores que daban gritos. Dijo que los árboles de la selva eran gigantes paralizados y que de noche platicaban y se hacían señas. Tenían deseos de escaparse con las nubes, pero la tierra los agarraba por los tobillos y les infundía la perpetua inmovilidad. Quejábanse de la mano que los hería, del hacha que los derribaba, siempre condenados a retoñar, a florecer, a gemir, a perpetuar, sin fecundarse, su especie formidable, incomprendida. El Pipa les entendió sus airadas voces, según las cuales debían ocupar barbechos, llanuras y ciudades, hasta borrar de la tierra el rastro del hombre y mecer un solo ramaje en urdimbre cerrada, cual en los milenios del Génesis, cuando Dios flotaba todavía sobre el espacio como una nebulosa de lágrimas.
La vorágine - José Eustasio Rivera - extractos

Una selva / varias selvas I
“Cubriendo territorios inmensos –me explicaba–, encerrando montañas, abismos, tesoros, pueblos errantes, vestigios de civilizaciones desaparecidas, la selva era, sin embargo, un mundo compacto entero, que alimentaba su fauna y sus hombres, modelaba sus propias nubes, armaba sus meteoros, elaboraba sus lluvias: nación escondida, mapa en clave, vasto país vegetal de muy pocas puertas. «Algo así como el Arca de Noé, donde cupieron todos los animales de la tierra, pero sólo tenía una puerta pequeña», acotó el hombrecito. Para penetrar en ese mundo, el Adelantado había tenido que conseguirse las llaves de secretas entradas; sólo él conocía cierto paso entre dos troncos, único en cincuenta leguas, que conducía a una angosta escalinata de lajas por la que podía descenderse al vasto misterio de los grandes barroquismos telúricos. Sólo él sabía dónde estaba la pasarela de bejucos que permitía andar por debajo de la cascada, la poterna de hojarasca, el paso por la caverna de los petroglifos, la ensenada oculta, que conducían a los corredores practicables. Él descifraba el código de las ramas dobladas, de las incisiones en las cortezas, de la rama-no-caída-sino-colocada. Desaparecía durante muchos meses, y cuando menos se le recordaba surgía por un boquete abierto en la muralla vegetal, trayendo cosas. Era, alguna vez, un cargamento de mariposas, o pieles de lagartos, sacos llenos de plumas de garza, pájaros vivos que silbaban de extraña manera, o piezas de alfarería antropomorfa, enseres líricos, cesterías raras, que podían interesar a algún forastero. Cierta vez había reaparecido, tras de una larga ausencia, seguido por veinte indios que traían orquídeas.”
“El amanecer de la selva es mucho menos hermoso, si en colores pensamos, que el crepúsculo. Sobre un suelo que exhala una humedad milenaria, sobre el agua que divide las tierras, sobre una vegetación que se envuelve en neblinas, el amanecer se insinúa con grisallas de lluvia, en una claridad indecisa que nunca parece augurar un día despejado. Habrá que esperar varias horas antes de que el sol, alto ya, liberado por las copas, pueda arrojar un rayo de franca luz por sobre las infinitas arboledas. Y, sin embargo, el amanecer de la selva renueva siempre el júbilo entrañado, atávico, llevado en venas propias, de ancestros que, durante milenios, vieron en cada madrugada el término en sus espantos nocturnos, el retroceso de los rugidos, el despeje de las sombras, la confusión de los espectros, el deslinde de lo malévolo. (...) Como el agua, salida de su cauce, anegaba inmensas porciones de tierra, ciertos árboles retorcidos, de lianas hundidas en el légamo, tenían algo de naves ancladas, en tanto que otros troncos, de un rojo dorado, se alargaban en espejismos de profundidad, y los de antiquísimas selvas muertas, blanquecinos, más mármol que madera, emergían como los obeliscos cimeros de una ciudad abismada. Detrás de los sujetos identificables, de los morichales, de los bambúes, de los anónimos sarmientos orilleros, era la vegetación feraz, entretejida, trabada en intríngulis de bejucos, de matas, de enredaderas, de garfios, de matapalos, que, a veces, rompía a empellones el pardo cuero de una danta, en busca de un caño donde refrescar la trompa. Centenares de garzas, empinadas en sus patas, hundiendo el cuello entre las alas, estiraban el pico a la vera de los lagunatos, cuando no redondeaba la giba algún garzón malhumorado, caído del cielo. De pronto, una empinada ramazón se tornasolaba en el alborozo de un graznante vuelo de guacamayos, que arrojaban pinceladas violentas sobre la acre sombra de abajo, donde las especies estaban empeñadas en una milenaria lucha por treparse unas sobre otras, ascender, salir a la luz, alcanzar el sol. El desmedido estiramiento de ciertas palmeras escuálidas, el despunte de ciertas maderas que sólo lograban asomar una hoja, arriba, luego de haber sorbido la savia de varios troncos, eran fases diversas de una batalla vertical de cada instante, dominada señeramente por los árboles más grandes que yo hubiera visto jamás. Árboles que dejaban muy abajo, como gente rastreante, a las plantas más espigadas por las penumbras, y se abrían en cielo despejado, por encima de toda lucha, armando con sus ramas unos boscajes aéreos, irreales, como suspendidos en el espacio, de los que colgaban musgos transparentes, semejantes a encajes lacerados. A veces, luego de varios siglos de vida, uno de esos árboles perdía las hojas, secaba sus líquenes, apagaba sus orquídeas. Las maderas le encanecían, tomando consistencia de granito rosa y quedaba erguido, con su ramazón monumental en silenciosa desnudez, revelando las leyes de una arquitectura casi mineral, que tenía simetrías, ritmos, equilibrios, de cristalizaciones."
Los pasos perdidos - Alejo Carpentier (extractos)

La ciudad - selva
extracto de Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal.
percepciones
Ciudad/selva
esquicio en clase


BIENVENIDA
Monday, March 22, 2010
Charla Bienvenida CICLO LECTIVO 2010
Este lunes 22 daremos la bienvenida a los nuevos alumnos integrantes de la catedra, que no son pocos.
Asimismo saludaremos a los que ya nos acompañan de otros años .
La charla tendra como punto nodal la explicitacion de la estrategia pedagogica global de este ciclo lectivo 2010.
Nos estamos reuniendo, dese las 19.30hs previamente en los talleres ,que no son los mismos ya que dada la gran inscripcion han sido modificados .
De alli subiremos al cuarto piso a las 21hs.
Ver talleres y aulas en la pizarra de Bedelia .
Nos estamos viendo.
Marcelo
Monday, December 21, 2009
Concurso sustentable y Clarin
Después de tantos años de trabajo intenso y de dura lucha en defensa de nuestra manera de enseñar arquitectura y, sin duda como natural evolución de tantos cursos , el fin de este 2009 nos encuentra con dos muy buenas noticias .
Las alumnas de la cátedra Verónica Pujol y Trinidad Guzmán han obtenido dos importantísimos primeros premios .
Verónica el primer premio ----Premio Nacional de Arquitectura Clarín –SCA 2009 a los mejores proyectos de estudiantes universitarios ( organizado por el Diario del mismo Nombre y la Sociedad Central de arquitectos).
Trinidad el primer premio ------ Concurso Arquitectura Sustentable ( organizado por la agencia ambiental de la ciudad de Buenos Aires).
La trascendencia académica de estos premios obtenidos por Verónica con su trabajo Vivienda social en el Tigre. PA desarrollado en el curso del 2008 y Trinidad y su centro de gestión comunal. PA en la actual cursada se potencia con la difusión masiva de estos trabajos del taller en sendas publicaciones por parte de los organizadores .
Asimismo la agencia ambiental de la ciudad de Buenos Aires premia a Trinidad y a los trabajos del segundo y tercer premio de las cátedras de Solsona y Explora a un viaje de estudios , el destino del primer premio es Estados Unidos, en tanto el segundo y tercer premio viajarán a Brasil.
También hemos sido representantes de nuestra facultad en el congreso Arquisur con 4 trabajos de un total de 7 seleccionados pertenecientes a:
Federico Déboli .. A1 refugio en zona de mar
Anne Laure Bollens Adrián Macker. A3 bodega en Valle de Uco.
Verónica Pujol PA vivienda social en el Tigre.
Lipartiti -Guzman -Carpinelo PU barrancas de Rosario .
Por último hemos participado en el concurso internacional de la cámara estadounidense del acero en equipos conformados por alumnos de nuestra cátedra y de la universidad de Woodbury en Los Angeles, los resultados recién se conocerán hacia marzo del próximo año.
Les decía en la charla de fin de cursada que intuía que estábamos como taller en un momento de plena madurez y que era tiempo de decir nuestras verdades ( hay escuelas de arquitectura que quieren oírnos y a quienes queremos oír ( Woodbury, Veracruzana de México , EGA.Madrid ).
En nuestra facultad dialogamos cada año con más cátedras encontrando afinidades y diversidades que nos enriquecen , incluso hasta nos sorprendemos con las muy buenas críticas que hacen de los trabajos en los jury nuestros colegas, críticas que luego se ven respaldadas por buenas muy buenas y excelentes notas .( este año 4 dieces)
SI hasta nos atrevemos a organizar un concurso interno , el de las bodegas en A4 , en el cual el jurado ha sido en parte mayoritaria docentes jerarquizados extra-cátedra .
En síntesis estamos transitando un momento de apertura y de consolidación de nuestras maneras pedagógicas .
Por supuesto con Mario siempre creímos profundamente en ellas , aún en los momentos donde la convivencia en la facu era muy dificil, es por eso que quiero dedicarle estos premios a su incesante labor académica y comentarles que hemos decidido en común que el año venidero su presencia en el taller sea frecuente asesorando como profesor consulto especialmente en los niveles sometidos a Jury .
Aprovecho para desearles a todos Felicidad en el nuevo año.
SALUD
Marcelo
Los fotomontajes de Iacub




Me he tomado el trabajo de descartar el tono color de los fotomontajes de Laura y de precisar algunos detalles que, seguramente en el fragor de la entrega habían sido dejados de lado.
Sunday, December 20, 2009
Laura Iacub .....las sutilezas de la insercion urbana


Marcelo Coy "sólo dos láminas"




es Facundo que ha llegado......



