Wednesday, August 30, 2006

La Ciudad Genérica (parte II)

2. Estadísticas
2.1. La Ciudad Genérica ha crecido dramáticamente en las últimas décadas. No sólo ha crecido su tamaño, sino también su número. En los primeros setenta estaba habitada por una media oficial de 2,5 millones de residentes (y unos 500.000 no oficiales); ahora se aproxima a los 15 millones.

2.2. ¿Empezó la Ciudad Genérica en América? ¿Es tan profundamente desarraigada que solo puede ser importada? En cualquier caso, la Ciudad Genérica ahora también existe en Asia, Europa, Australia y África. El definitivo traslado desde el campo, de la agricultura a la ciudad, no es un traslado a la ciudad como la conocemos.

2.3. Algunos continentes, como Asia, aspiran a la Ciudad Genérica; otras se avergüenzan de ella. Debido a que tiende hacia los trópicos convergiendo en el Ecuador -una alta proporción de las Ciudades Genéricas es asiática- aparece una contradicción en sus propios términos: la inescrutable ocupación que nos es tan familiar. Algún día será absolutamente exótico de nuevo, este descartado producto de la civilización occidental, a través de la resemantización que su amplia diseminización lleva tras de sí...

2.4. Algunas veces, una ciudad antigua y singular, como Barcelona, acaba convirtiéndose en genérica por simplificar en exceso su identidad. Se convierte en transparente, como un logo. Lo contrario nunca ocurre... por lo menos hasta ahora.

3. General
3.1. La Ciudad Genérica es lo que queda detrás de grandes secciones de vida urbana cruzadas con el ciberespacio. Es un lugar de sensaciones distendidas y débiles, pequeñas y lejos de las emociones, discretas y misteriosas como un gran espacio iluminado por una lámpara de mesita de noche. Comparada con la ciudad clásica, la Ciudad Genérica esta sedada, usualmente apreciada desde una percepción sedentaria. En lugar de concentración –presencia simultánea- en la Ciudad Genérica los "momentos" individuales se distancian para crear un trance de experiencias estéticas casi desconocidas: las variaciones de color en la iluminación fluorescente de un edificio de oficinas justo antes del crepúsculo, la sutileza de los blancos ligeramente distintos de un anuncio iluminado de noche. Como la comida japonesa, las sensaciones pueden ser reconstruidas e intensificadas en la mente, o no -pueden ser simplemente ignoradas-. (Hay una elección). Esta persuasiva falta de premura e insistencia actúa como una potente droga; provoca alucinaciones.
3.2. En una drástica inversión de la supuestamente mayor característica de la ciudad -"el negocio"-, la sensación dominante de la ciudad genérica es una espeluznante calma: contra más calmada, más se aproxima a su estado puro. La Ciudad Genérica alberga las maldades que estaban adscritas a la ciudad tradicional antes de que nuestro amor por ella fuera incondicional. La serenidad de la Ciudad Genérica se consigue con la eliminación del reino de lo público, como en un taladro de emergencia. El nivel urbano ahora solo acomoda movimientos necesarios, fundamentalmente en coche; las autovías son una versión superior de los bulevares y las plazas, invadiendo cada vez más espacio; su diseño, que aparentemente aboga por la eficiencia del automóvil, es de hecho sorprendentemente sensual, un simulado utilitarismo que entra en el dominio del espacio llano. Lo nuevo de la maquina en el reino de lo público es que no puede ser dimensionada. Los mismos ( digamos diez millas) trechos de camino producen un vasto número de experiencias completamente diferentes: pueden durar cinco o cuarenta minutos; pueden ser compartidos con casi nadie o con toda la población; pueden producir el placer absoluto, velocidad sin adulterar-de manera que la sensación de la Ciudad Genérica puede intensificarse o al menos densificarse- o momentos de obstrucción completamente claustrofóbico- momento en los que la delgadez de la Ciudad Genérica es más evidente-.
3.3. La Ciudad Genérica es fractálica, una repetición sin fin del mismo módulo estructural; es posible reconstruirlo desde sus entidades más pequeñas, un ordenador personal, puede que incluso un disquete.
3.4. Los campos de golf son todo lo que queda de lo otro.
3.5. La Ciudad Genérica tiene números de teléfono fáciles, no como los que obligaban a ejercicios de memoria en la ciudad tradicional, sino versiones más sofisticadas, en las que por ejemplo, los números centrales son siempre iguales.
3.6. Su principal atractivo es su falta de reglas.
(Rem Koolhas - S,M,L,XL)
Potente provocación que interpela duramente algunos tópicos escenciales usualmente no considerados.
Tal vez pueda ser leído como una gran pregunta, incompleta, parcial y abierta...
Federico

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