


Una propuesta muy expresiva y sugerente de gran impronta tectónica. Compuesta por una nave de rítmicos elementos estructurales responsables de la gestación general y particular de la intervención, capaces de sostener y regular espacios interiores como de jerarquizar y ritmar el espacio público en Victoria.
Un gran trazo manifestado por sus tres brazos que nos van guiando hacia el rio y generando a su vez aperturas y nuevas visuales, con el fin de proporcionar la justa escala de hall a los barcos que arriban al nuevo puerto.
Un proyecto integral de contundente lenguaje capaz de conformar volumen, espesores de contención, topografía y conexiones hacia el rio revitalizando así su relación con Victoria. Un conjunto estructural capaz de expresar con fuerza ese gesto semi urbano que realza el área intervenida, a la vez de dar el carácter propio que una estación fluvial debe manifestar.
En este sentido, resulta inevitable recalcar la reinterpretación por parte del autor de las estructuras internas de navíos, donde su alarde estructural es imposible de pasar por alto, y más si dicha exacerbación sirve para expresar el carácter que una estación fluvial debe sugerir.
La nave que gobierna la intervención pareciera estar por desamarrarse de las fijas estructuras que la sostienen y salir a flote. Gracias a su atectonicidad, podemos contemplar a cual hito a este catamarán edilicio, recorrerlo a través de sus patas que lo unen al horizonte y admirarlo desde la ribera.
Con lo cual, cuan esclarecedora podrá volverse la propuesta si se consigue una mayor síntesis entre la estructura de la nave, y esos sólidos y corpulentos brazos de contención de la tierra.
Que interesante seria que estos brazos regulen no solo la lucha de la tierra y el agua sino también el abierto en la planta libre y la suspensión de la nave nodriza que reina en el conjunto.
Un calibre de este sentido, fortalecerá sin duda la expresividad del conjunto enriqueciendo a su vez la calidad del espacio público.
El proyecto queda delineado entre el cielo y el agua-tierra, y se nutre de ambos a cada instante. Puede soltar sus amarras, darnos cobijo o abatirse sobre nosotros, como una turbulencia que nunca se produce sola.
El espacio contenido se debe seguir desarrollando de este modo, sin perder de vista esas fuerzas que lo tensionan, lo estructuran, lo modelan... y adquiriendo mas rigor contructivo.
Vanesa Hue
Cuando Daniela dice...............................:
“liviano no significa frágil ni menor” …..atisba una condición esencial del gen tectónico de su propuesta ya que liviano no es sinónimo de light , no tiene la misma connotación que la actual interpretación gastronómica (sin punch …sin “azúcar chico”) . Daniela nos dice que puede ser muy liviano y a la vez muy potente y expresivo
cuando Daniela dice
“Lo sutil llega desde la ciudad, desahaciéndose hasta el río”….. propone una gradualidad de las geometrías del protolenguaje que van desde la rigidez de lo edilicio urbano a la soltura del borde del río . Sin duda muy acertada
cuando Daniela dice
“Naturaleza e intervención se potencian sobre los bordes para luego fundirse” descubre el ámbito propicio donde se impactan y relacionan las dos potencias que gestan el lenguaje lo “natural y lo artficial” la naturaleza y la intervención .
Imaginar que de la tensa relación de ambas ,y no de la imposición de una sobre la otra, surgen las bases del gen tectónico es tan provocativo como creativo .
Marcelo
Sagardia sigue afianzando la línea del primer cuatrimestre, el planteo busca desarrollar una idea: grandes estructuras surgidas de la observación de particularidades del lugar, de los propios humedales y del movimiento irregular del agua a su alrededor, que descubre una cuevas orgánicas entre el agua y la raíces. En este caso el recorte esta hacho expresando un firmamento enredado, enmarañado, pero con un claro orden. La trama y la urdimbre toman volumen y contienen la idea de una gran estructura-tejido de forma orgánica, que intenta emular la condición natural y organizar en su interior el programa.
Fernando propone una estación- Manglar, árboles que crecen en los bordes cercanos a los límites entre la tierra y el agua, pondera sus raíces desnudas, que forman parte metafórica de los elementos estructurales, y captura la relación de implantación existente en la tercera identidad en cuestión.(ese espacio que en mayor o menor medida se relaciona con la desnudes de la tierra)
Así como los Manglares van mutando desde sus raíces hasta la copa, la estructura del proyecto va tomando distintos espesores: anchos, formas, densidades y tamaños. Por un lado, para poder lidiar con los esfuerzos estructurales necesarios para soportar la cubierta, por otro lado a través de las distintas alturas e inclinaciones que propone el tejido estructural, acompañar la organización de la estación fluvial según los espacios que deba cubrir debajo. Para darle así la escala necesaria a la sala de espera, hall de acceso, y situaciones de recorrido interno, como el agua entre las raíces, los espacios de apoyo y servicio discurren y ocupan en horizontal los intersticios generados por la estructura, y dejan contemplar la bóveda de penumbra y luz-
Los elementos lineales y angostos que conforman la trama de la cubierta se convierten en espesor tectónico de filtro , un inter-mino que pueda ser utilizado y regulado según la necesidad de cada espacio, para controlar la entrada de luz en su interior, con la separación o desaparición de los elementos que conforman esta superficie espesa , de la misma manera que las raíces de estos árboles se enredan o desenredan para permitir la entrada de luz a aquellas otras que se encuentran por debajo de la superficie del agua.
Los parabólicos continuos de hormigón, emergen fuera del los límites del techo, y son la urdimbre material que relacionan con lo urbano, se desplazan con gracia atrapando escalas diferentes, de acceso, de paseo o de llegada-partida de lanchas, y dan al espacio público a través de la organización de recorridos y de situaciones semi-cubiertas, la posibilidad de arraigarse con la intervención del lugar.
Diego Aguilar
Que claro este comentario de Diego y que sugestiva la propuesta de Fernando .
Aquí se vislumbra desde el origen la presencia del gen tectónico.
Y se trata del gen tectónico pertinente, contextual.
Ya que la estructura no es un sistema en si mismo definido a posterior para sostener el edificio. Por el contrario se trata de un descubrimiento que surge de la exploración meditada y sensible del peculiar ámbito de los humedales-manglar de Victoria.
Entender en este marco conceptual que maraña no es sinónimo de desorden sino de urdimbre , de trama estructural donde los elementos refieren al concepto del baloon-frame , (esto es muchos miembros de sutil ligereza que en su densidad generan la estructura) , es tan distinto y superador de la concepción de la estructura clásica donde hay elementos estructurales primarios y elementos estructurales secundarios.
Además hay una doble pertinencia que convierte a esta propuesta de protolenguaje arquitectónica en muy sugestiva se trata del vínculo con sistema tradicional de construccion naútica donde las sucesión de cuadernas, trabadas longitudianlmente con la roda y las cuadernillas generan una trama espacial estructural de similares características .
El concepto por el cual la densidad de la estructura y su urdimbre permite controlar el acceso de la luz es un primer paso para sentar las bases de una verdadera arquitectura sustentable donde la sombra -filtro no es comprendida como ausencia de iluminación sino como generación de un aura propicia para el desarrollo de las diferentes actividades.
Muy buen trabajo .Felicitaciones
Marcelo