En el intento de re-fundación de Carlos Keen, en esto de volver a formar espacio- pueblo, utilizando lo fundado como materia prima funda-mental se denota en este trabajo, un especial interés en torno al paisaje, potenciando las relaciones entre el edificio y el suelo, entendiendo a este último ya no como algo delimitado, estable, horizontal, determinado y homogéneo.
Por el contrario, concibiéndolo en un sentido más amplio, como parte del sistema topográfico, y no como una categoría o atributo del entorno construido, sino como una idea de “suelo sobre suelo”.
La propuesta no opera sobre la ausencia de este suelo sino sobre su re-definición. Intentando pasar de una condición fija a un campo más activo y cambiante, es así que centra dentro de los pares “superficie-espacio”, “bidimensión- tridimensión”, que son una constante de este proyecto, y propone una alternativa a la contraposición entre el suelo y la figura arquitectónica, donde la superficie ya no sólo es la envolvente del espacio sino que también , su determinante, ya que entre ambos surge una estrecha relación.
En la refundación del suelo y el hecho de volver a formarlo, encuentra especial interés, apropiándose del existente como materia prima funda-sensorial.
Utilizando la herramienta del dibujo como un proceso dinámico, sintetiza mediante la comprensión y la abstracción, que tienden a acompañar en este devenir, al camino que concentra, ordena, transmite y procesa información de manera simple. Es en esta síntesis donde el trabajo encuentra valor expresivo, al ser reproducciones instantáneas de ideas o sensaciones que logran, a pesar del grado de reducción, expresar una “sugerencia de totalidad”.
La propuesta no opera sobre la ausencia de este suelo sino sobre su re-definición. Intentando pasar de una condición fija a un campo más activo y cambiante, es así que centra dentro de los pares “superficie-espacio”, “bidimensión- tridimensión”, que son una constante de este proyecto, y propone una alternativa a la contraposición entre el suelo y la figura arquitectónica, donde la superficie ya no sólo es la envolvente del espacio sino que también , su determinante, ya que entre ambos surge una estrecha relación.
En la refundación del suelo y el hecho de volver a formarlo, encuentra especial interés, apropiándose del existente como materia prima funda-sensorial.
Utilizando la herramienta del dibujo como un proceso dinámico, sintetiza mediante la comprensión y la abstracción, que tienden a acompañar en este devenir, al camino que concentra, ordena, transmite y procesa información de manera simple. Es en esta síntesis donde el trabajo encuentra valor expresivo, al ser reproducciones instantáneas de ideas o sensaciones que logran, a pesar del grado de reducción, expresar una “sugerencia de totalidad”.
En esta instancia de entrega predomina la “sugerencia” pero que en su ulterior desarrollo, encontraría mayor fuerza develando el par de “idea -definición de propuesta” en los términos que permitan entender los alcances del nuevo suelo para lograr una mayor integración que sea capaz de multiplicar vínculos e interconexiones entre el usuario-edificio, su entorno-lenguaje, cultura y lugar.
Diego Aguilar
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