Mi intención es acentuar esa idea de escala diferente que propone el pasaje.
Así, busqué contenerlo y generar espacialidades que remitan a lo que nos propone: espacio público/privado, de lugar de encuentro, de intimidad urbana, casi de ágora...
La decisión de no liberar visual ni físicamente el cero responde justamente a evitar que el pasaje se transforme en una mera circulación, en un lugar de paso como son la mayoría de las calles de Buenos Aires y como de hecho sugiere la fuerte influencia de Av Rivadavia.
Así como el pasaje juega con los grados de privacidad a nivel urbano, me interesa que el mismo también juegue con los grados de privacidad del edificio: que se meta gradualmente hasta diluirse. Por eso creo que es indispensable la búsqueda de un espacio dinámico: pasar de lugares más contenidos a lugares más abiertos: acogernos en un lugar cerrado para encontrarnos de repente con perspectivas más largas por donde se nos escapa la mirada...
Así como el pasaje juega con los grados de privacidad a nivel urbano, me interesa que el mismo también juegue con los grados de privacidad del edificio: que se meta gradualmente hasta diluirse. Por eso creo que es indispensable la búsqueda de un espacio dinámico: pasar de lugares más contenidos a lugares más abiertos: acogernos en un lugar cerrado para encontrarnos de repente con perspectivas más largas por donde se nos escapa la mirada...
Perdernos en el lugar para luego encontrarnos: que vivir el espacio implique recorrerlo, descubrirlo parcialmente para comprenderlo como un todo.
No considero que la altura vaya en contra de la propuesta de intimidad urbana. Por el contrario, creo que la verticalidad no es factor disociado del entorno, sino que dialoga con el mismo ya que la cercanía a Av Rivadavia y su influencia en las calles cercanas sugiere esto. Además, el juego de volúmenes y de alturas refuerza la idea de heterogeneidad que propone la zona de intervención: espacio de amalgama entre los altos y densos edificios de Av Rivadavia y las casas más antiguas de dos o tres pisos que comienzan en Hipólito y continúan hacia el sur.
No considero que la altura vaya en contra de la propuesta de intimidad urbana. Por el contrario, creo que la verticalidad no es factor disociado del entorno, sino que dialoga con el mismo ya que la cercanía a Av Rivadavia y su influencia en las calles cercanas sugiere esto. Además, el juego de volúmenes y de alturas refuerza la idea de heterogeneidad que propone la zona de intervención: espacio de amalgama entre los altos y densos edificios de Av Rivadavia y las casas más antiguas de dos o tres pisos que comienzan en Hipólito y continúan hacia el sur.
Paula Van der Ghote
Si observamos las imágenes veremos que el tratamiento de la masa vertical que emerge reconociendo las tensiones generadas desde el pasaje no es el mismo en todas.
En unas es rigurosamente constante y regular y en otras este crecimiento resulta de la conjunción de elementos múltiples y diversos.
Es interesante detenernos en observar cuales son las implicancias que ambas proponen... como puede verse modificada la explícita relación con el pasaje (y así poder reconocer a partir de cuales espacialidades esta planteada la relación), como es en particular el tratamiento tectónico de ambos crecimientos verticales y como todo ello supone también diferentes cualidades en las espacialidades internas...
¿Cual será la aclamada forma?
Federico
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